¿Por qué ser ambicioso no te garantiza que vas a ser feliz?
Todos tenemos ambiciones en la vida, sin ellas está claro que no podemos llegar a ningún sitio y que una persona sin aspiraciones, difícilmente encontrará su lugar en el mundo. Pero cuando estos deseos sobrepasan los límites que nos ponemos para ser felices, pueden convertirse en un obstáculo que nos impide crecer. Y es que así como es importante fijarnos metas, también es esencial diferenciar de lo que es alcanzarlas de forma sana y dejar que se conviertan en una obsesión. El dinero, el éxito profesional y demás cosas que creemos que son indispensables para sentirnos plenos, no son tan necesarios como te imaginas.
¿Por qué no deberías enfocarte en tus ambiciones más que en ser tú mismo?
Ganar dinero para cubrir tus necesidades o cumplir con un sol que se espere de ti, puede significar apartarte de aquello que en verdad te apasiona, aunque no necesariamente te vaya a dar el éxito o las riquezas que esperas. Sin embargo, es mejor dedicarte a algo que de verdad te llena como persona, que tener que vivir para trabajar.
Los bienes materiales no reemplazan la satisfacción que puedes sentir al ver que cambias la vida de alguien o que haces una diferencia con tu simple trabajo.
Aprende a enfocarte en tus pasiones, más que en tus posesiones
Tener lo mejor no significa nada cuando sabes que no eres feliz en el fondo. Esto no significa que lo material sea algo malo o que el dinero no te vaya a hacer feliz. Pero si lo piensas bien, al final del día, lo único que te importa es hacer lo que amas y estar con quien te importa.
La familia, tus amistades, tu vocación y el placer de ayudar a otros son mucho más satisfactorios que comprarte cosas nuevas o ganar montones de dinero.