La mujer y el sufrimiento

Es por todos conocida la gran sabiduría y profundidad que encierran las enseñanzas de Buda. El siguiente relato, atribuido a este gran maestro milenario, nos hace reflexionar sobre un tema muy presente en la vida humana: El sufrimiento.

La mujer y el sufrimiento

La historia cuenta que una mujer acudió al encuentro del gran sabio Buda con la esperanza de que resucitase a su hijo, el cual acababa de fallecer. La gente que se encontraba alrededor de ella se escandalizaba preguntándose cómo era posible que estuviese pidiendo algo tan imposible e irracional. Sin embargo, Buda reflexionó un momento y decidió que, sin bien no podía atenuar el dolor de aquella mujer, si podía hacer que aprendiese algo.

Por ello, le dijo que sí que resucitaría a su hijo, pero con la condición de que ella cumpliese con un encargo. Debía traerle unas semillas de trigo que proviniesen de una casa en la que durante los últimos tres años no hubiese sucedido ninguna desgracia. La mujer, llena de alegría y esperanza al ver lo sencillo que parecía aquella petición, se dirigió rápidamente al pueblo a buscar esas milagrosas semillas. Fue de puerta en puerta preguntando, pero lo que encontró fue que, en la familia que no había muerto el padre, había sido un hijo, o bien alguien se había vuelto loco, o la madre estaba gravemente enferma.

Al cabo de muchas casas visitadas, la mujer se dio por vencida y tuvo que regresar hacia Buda con las manos vacías, sin embargo, se encontraba con el corazón en paz. No había sido capaz de encontrar las semillas pero a cambio había descubierto algo mucho más grande, que compartía el sufrimiento con el resto de los humanos.

Este relato nos transmite un mensaje muy sencillo pero a la vez de gran importancia y profundidad: es posible ser feliz a pesar del sufrimiento.

Aplícalo en tu día a día, aceptando tus sentimientos y emociones sin considerarlos negativos o positivos, sino como parte de ti mismo/a. Aceptar el dolor es el camino más rápido para superarlo.