¿Por qué deberías cambiar tu manera hablar?
Las palabras que decimos a menudo, sin darnos cuenta, son parte de lo que condiciona nuestra manera de vivir y las cosas que nos suceden. Quienes afirman que en ellas hay mucho poder, ciertamente no se equivocan. Y es que si lo piensas con atención, hay situaciones enteras que pueden cambiar al expresar cosas «gracias», «lo siento», «te amo» o «te odio». No es de extrañarnos por lo tanto, que nuestra manera de hablar pueda desencadenar situaciones positivas o negativas.
¿Cuál es tu forma de hablar?
Piénsalo detenidamente antes de responder esta pregunta. ¿Qué palabras sueles decir a menudo? ¿Agradeces todo lo que tienes o sueles quejarte de eso? ¿Eres optimista y amable acerca de las situaciones y de los demás? ¿O te gusta criticar todo cuanto puedes? ¿Eres pesimista?
Cuando hablamos, prácticamente estamos decretando el modo en que suceden las cosas en nuestra vida.
Alguien que dice «no puedo o no quiero hacerlo», «debería tener algo mejor», «odio lo que me pasa» y frases por el estilo, difícilmente afrontará un cambio en sus días que sea para bien. En cambio, fíjate en lo que sucede cuando cambias los decretos de este tipo por otros totalmente opuestos. «Gracias por todo lo que tengo», «puedo hacerlo, voy a intentarlo», «amo vivir». ¿Te das cuenta de la diferencia?
¿Qué sucede cuando transformas tu manera de hablar?
Tú ya habrás podido darte cuenta con los ejemplos anteriores. Hablar es una de las maneras más poderosas que tenemos las personas para cambiar, desde un estado de ánimo hasta una situación.
Cuando eres positivo en tus palabras, eres positivo en tus acciones y por consiguientes empiezas a disfrutar más de la vida. Las circunstancias se dan de una manera diferente y poco a poco empiezas a sentirte mejor, incluso con lo que te molestaba.
Entonces, ¿estás dispuesto a hablar diferente?