¿Por qué nos cuesta tanto practicar la honestidad?
La honestidad es uno de los valores que más se suelen valorar, pero si lo piensas bien, lo cierto es que también puede terminar por causarnos dolor y malos entendidos. Y esto no es porque ser honestos sea algo malo, pues la sinceridad sin lugar a dudas siempre será el mejor camino. Sin embargo, a menudo podemos encontrarnos con que decir la verdad puede terminar por herir a otras personas, aunque esa no sea la intención. Siendo así, ¿cómo se puede ser sincero y al mismo tiempo, evitar hacerle daño a alguien que apreciamos? Es una pregunta que puede que te hayas hecho muchas veces y para la que parece muy difícil encontrar respuesta.
No siempre podemos proteger a los demás
Antes que nada, es importante comprender que el hecho de que una verdad vaya a lastimar a alguien, no significa que esa persona no pueda superarla. Hay situaciones que por más difíciles que sean, es mejor saber. ¿Te imaginas cuánto podría crecer una mentira si todo el tiempo estás pendiente de encubrirla? No importa que tanto pueda permanecer oculta si te supone una carga muy grande. Llegará el momento en el que no puedas seguir manteniéndola y para cuando eso suceda, ser honesto se convertirá en algo mucho más difícil, pero inevitable.
Aunque es muy noble el querer proteger a alguien o simplemente evitarle un mal rato a causa de unas cuantas palabras honestas, ello no significa que en la vida no tendrá que enfrentarse con circunstancias iguales. Quizá sea otro individuo quien termine hablándole de una manera sincera y muy brutal. Tal vez con el tiempo él mismo pueda darse cuenta de aquello sobre lo que nunca le hablaron y le pese aún más, porque habrá comprendido que nunca nadie tuvo el valor para decírselo. La vida está llena de circunstancias que duelen, pero al fin y al cabo, a todos nos toca pasar por ellas y las asimilamos de maneras muy diferentes. Pero lo hacemos, porque no nos queda de otra.
Con todo lo que te acabo de decir, creo que ya ha quedado claro que hay cosas a las que uno se tiene que enfrentar, incluso si saberlas le traiga mucho enojo o dolor. Siempre que dudes sobre si debes ser honesto con alguien que te importa, debes recordar esto y tenerlo muy en cuenta.
Estos, son algunos consejos que también te vendrán muy bien para no pensarlo dos veces antes de decir la verdad:
- Si piensas en el daño que puedes causar siendo honesto, mira el otro lado de la moneda. Tal vez estés dudando sobre si deberías hablar con tu mejor amigo acerca de esa mala costumbre que tiene de tomar de más y para no enfadarlo o hacerlo sentir mal, decidas no hacerlo. Ahora, piensa en lo que podría ocurrir sino tienen una charla a tiempo. Alguien más podría confrontarlo de maneras peores o incluso él, a causa de su problema, podría terminar herido o en prisión. Al final es peor ocultar una verdad que no decirla.
- Recuerda que estás haciendo un bien y tus intenciones no son malas. Hay personas que disfrutan recalcando los defectos de los demás o las veces que se han equivocado, como una forma de humillarlos. Pero ser honesto no tiene nada que ver eso. La honestidad es algo que debe utilizarse para ayudar a alguien a avanzar y a que sea mejor de lo que es. Cuando somos sinceros de corazón, lo que más queremos es ayudar en vez de hacer menos a quienes nos rodean.
- Para ser honesto hay que tener algo de diplomacia. No se puede negar que por más que se sepa que es lo mejor, decir la verdad nos sigue asustando por temor a las reacciones que podamos recibir. Es por eso que el tener tacto a la hora de hablar seriamente con alguien, es algo muy importante y en lo cual, debes tener la capacidad de mantener bajo control tus emociones y tus palabras. Sé amable y en cuanto notes que la otra persona se exalta o se siente mal, hazle saber que pese a todo, tú estás ahí para apoyarlo más que para criticarlo.
- Busca un momento adecuado para hablar. Bien dicen que hay un momento y un lugar para todo, y el hecho de buscar el mejor para tener una charla honesta; no significa que necesariamente la vas a retrasar. No obstante siempre es conveniente saber en que instante vamos a tener una platica seria. Quizá la persona a la que necesites decírsela, no está en la compañia más apropiada para ser confrontada o bien, no está pasando por un momento precisamente agradable. No uses esto como excusa para ser deshonesto, simplemente ten paciencia y espera.
Comenzar a ser más honestos puede ser una de las tareas más complicadas con las que tengamos que lidiar en la vida. Pero nunca debes dudar de que estás haciendo bien, al no ir por un camino lleno de engaños. Recuerda que la verdad es liberadora, hasta cuando no nos damos cuenta de eso. Con el tiempo, alguien que se sintió lastimado por tu sinceridad puede llegar a darte las gracias.
Mientras no sea de este modo, aprende a ser paciente y recuerda que no todos asimilamos las cosas del mismo modo. Hay a quienes sencillamente, les hace falta un poco más de tiempo.