Ser feliz es una decisión
Siempre que hablamos de felicidad pensamos en un montón de cosas que creemos necesitar para experimentar ese sentimiento, o en personas de las cuales, creemos que el mismo puede llegar a depender. Sí, nadie niega que tener todo lo que nos gusta es algo bueno que nos hace sentir bien, o que la gente que más nos importa a menudo nos da razones para sonreír. Sin embargo, ser feliz es una decisión que recae únicamente en nosotros mismos y que no tiene porque estar sujeta a nada ni a nadie. Ser feliz es una actitud, más que un deseo que se tenga que alcanzar.
¿Por qué vemos el conseguir ser felices como algo imposible, cuando podemos comenzar a serlo desde este mismo instante? Aunque no te lo creas, es verdad. Puedes tener muchos problemas o algunas carencias, pero nadie te puede quitar el poder de ser más positivo ante la vida o el mero capricho de sonreír sin ninguna razón en especial. Cuando te das cuenta de esto, todas las complicaciones se hacen más pequeñas.
Eres capaz de ver que no importa cuantos obstáculos se pongan en tu camino, basta con que seas fuerte para enfrentarlos y negarte a que te hagan sentirte triste o furioso. Mientras conserves tu capacidad para ver las cosas buenas que te rodean, nada ni nadie podrá vencerte.
El poder de ser felices está en todos y cada uno de nosotros, y no tiene que ver con lo que tenemos. Ni siquiera tiene que ver con quienes nos quieren, porque la felicidad no se basa en poseer amor, sino en compartirlo. Quienes saben amar sin esperar nada a cambio, son quienes al final más amor reciben y más gratamente se sorprenden por algo como eso.
Así que ¿vas a decidir ser feliz hoy o prefieres esperar?