¿Te atreves a soñar alto?
Todos tenemos sueños que aunque no podemos negarnos a nosotros mismos, muchas veces preferimos ocultar ante los demás. Conforme vamos creciendo, nos aferramos a las metas que son seguras porque queremos ser realistas. En ocasiones algo que deseábamos hacer, queda relegado para después o simplemente en un «tal vez». ¿Te ha sucedido algo cómo esto? Si es así debes saber que nadie podría culparte pero debes reflexionar seriamente, en que es probable que te estés poniendo un freno a ti mismo que te impedirá vivir tan plenamente como quisieras.
¿Cuáles son tus sueños? ¿Viajar al otro lado del mundo? Quizá a algún destino que consideres remoto y exótico. ¿Sueñas con fundar tu propia compañía y qué sea tan grande como Microsoft o Facebook? ¿Quieres inventar algo qué no crees posible, a pesar de que facilitaría la vida de todos?
Ser realista es bueno para no perder la perspectiva de las cosas. Pero a menudo se nos olvida que tampoco deberíamos serlo en exceso. Simplemente puedes ponerte a pensar en la gente que antes que tú, llevo a cabo cosas que parecían imposibles o poco probables. Alguien tuvo que soñar con capturar una imagen para que hoy podamos disfrutar de miles de películas. O con encontrar una manera de poner a cientos de personas en contacto en tan solo segundos, con una sencilla página de Internet.
Muchas de las cosas con las que vivimos hoy en día se consideraron ideas demasiado locas o tontas en su momento, como el avión, el auto o los sistemas de electricidad. ¿Te das cuenta de lo que trató de decir?
El fracaso es una sombra muy pesada con la que siempre vamos a vivir, pero solo es decisión tuya dejar que te haga darte por vencido o no. La pregunta que debes hacerte a partir de ahora es, ¿voy a dejar qué eso suceda?