¿Uno nace o se hace positivo?

El positivismo es un aspecto que verdaderamente nos puede ayudar en todos los ámbitos de la vida, incluso en el de la salud. Desafortunadamente, muchas personas piensan que para ellos es algo imposible porque simplemente «no son así». De manera errónea, se ve al hecho de ser positivo como algo que forma parte de la personalidad de ciertos individuos desde que son niños. Jamás nos detenemos a pensar en que de hecho, con un poco de esfuerzo y actitud, cualquiera puede aprender a ver el vaso medio lleno.

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¿Cuántas veces te has topado con alguien o te has repetido a ti mismo esta clase de excusas? «Es que yo simplemente soy realista», «No me gusta hacerme ilusiones», «Yo solo veo las cosas como son», «Esta es mi manera de ser y no la puedo cambiar». Si te das cuenta, este tipo de palabras no hace más que sabotear cualquier cambio de perspectiva que quieras llevar a cabo.

Negar la negatividad puede ser el primer obstáculo que quieras vencer para aprender a ser más optimista. Todos los días y en diferentes situaciones de la vida cotidiana, tú mismo te podrías estar sabotéando sin darte cuenta.

¿Cómo aprender a ser positivo?

Se trata simplemente de estar dispuesto a dejar de ver las cosas siempre en negro y aceptar que así como hay posibilidad malas, también existen aquellas que te van a beneficiar, por más improbables que parezcan.

Y hablando de improbabilidad, ese es el segundo aspecto en el que tienes que trabajar. No porque haya mínimas posibilidades de algo, significa que no va a suceder. Si te mantienes pensando para tus adentros que puede no ser así, efectivamente podrías estarte condicionando a nunca experimentar esas cosas buenas que anhelas.

¿Ves por qué vale la pena ser un poco más brillante respecto a tus pensamientos y las cosas que te rodean?